Como dijo Galeano, somos las nadie, las ninguneadas, las olvidadas, además de feminizadas, racializadas y precarizadas. Y es por ello precisamente que nuestra lucha es tan necesaria, compañeras. Representamos la mitad de la població, y es ya mucho camino el que hemos recorrido, pero también somos conscientes de lo mucho que nos queda por recorrer, pues aún sin ser minoría, se nos estafa, infravalora y se nos explota día tras día.
Una vez más, en esta crisis llamada pandemia, hemos visto y sufrido cómo el peso del trabajo, la limpieza y los cuidados ha vuelto a caer sobre nuestros hombros. Y una vez más hemos demostrado, que podemos hacer frente a todo ello y más si cabe. La mujer no es el eslabón débil, sino por el contrario, el eslabón que une, el más fuerte. Se nos ponen trabas constantemente para que no nos realicemos, el patriarcado pone su bota militar en nuestro cuello, pero nosotras somos semillas capaces de germinar y florecer incluso en las noches más frías y oscuras.
La precarización en nuestros puestos de trabajo, no es más que un claro ejemplo de cómo el Estado es cómplice y brazo ejecutor de las desigualdades a las que nos vemos sometidas, y por esto compañeras, es imprescindible nuestra organización, en el trabajo, en la casa y en nuestras relaciones sociales y afectivas, y por supuesto, en contra de ese feminismo (si es que se le puede llamar así) institucionalizado, blanco y de clase media-alta, que termina por ser en esencia patriarcado -y además del rancio-, pues en la realidad (o en la práctica) es otra fórmula de servidumbre al sistema por el que algunas mujeres se sienten empoderadas tratando de romper esos techos de cristal y lograr puestos ejecutivos y de decisión, mientras necesitan explotar a otras mujeres precarizadas para realizar las tareas del hogar y los cuidados para poder lograrlo. Quieren manipularnos y acallarnos. Pero ¡no lo conseguirán nunca! Tenemos el deber de honrar la memoria de tantas compañeras que emprendieron esta gran lucha con sudor y sangre, y que a día de hoy es nuestro turno para dejar en el mañana un mundo mejor y más igualitario para las que nos preceden, pues el futuro, será feminista o no será. Para ello tenemos herramientas tan importantes e imprescindibles como la sororidad, la cual debemos interiorizar para que impregne las relaciones entre nosotras, porque nos han enseñado a competir, desestabilizándonos, queriendo debilitarnos, pero nuestro amor por nosotras mismas y todas nuestras compañeras es lo que debe primar.
Queremos hacer también una mención especial a aquellas trabajadoras que han demostrado ser esenciales durante esta pandemia y han estado en primera línea sin que su situación de precariedad cambiase, es más, en muchos casos incluso ha empeorado. Limpiadoras en centros hospitalarios, residencias y comunidades de vecinos, trabajadoras de supermercados y trabajadoras del campo y sector hortofrutícola, éstas además, sumidas en un terrible cúmulo de atrocidades en nuestra Región, como son la trata, la explotación y el abuso sexual por parte de sus patrones. Además de otros sectores feminizados como son las auxiliares de enfermería y geriatría, la educación infantil y primaria, y el ámbito sociosanitario.
Desde la CNT AIT de Cartagena queremos dejar claro que nuestra organización es anarcofeminista, un lugar de acogimiento a toda aquella que así lo estime, un lugar donde poder crecer y luchar con todo el respaldo de la organización. Un lugar donde encontramos el apoyo y la seguridad a la hora de enfrentarnos al patriarcado en cualquiera de sus formas, un lugar donde la cooperación, el activismo y el apoyo mutuo son primordiales y efectivos, en definitiva ¡un lugar para todas!
Por eso para este 8 de marzo hemos convocado Huelga General a nivel regional para que todas aquellas trabajadoras que quieran puedan acogerse a su derecho a huelga y así instrumentalizarla y hacerla extensiva a todas las compañeras de la Región de Murcia.
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