4 de junio de 2013
Cartagena. Primero de Mayo de 1978 contra los Pactos de la Moncloa
1978. La CNT apenas llevaba unos meses en la legalidad. El anarcosindicalismo volvía a resurgir tras 36 años de dictadura, represión, exilio y muerte contra sus militantes, que nunca cejaron en su intento de acabar con la ignominia franquista. Y desde el mismo momento de su legalización, a pesar de las zancadillas gubernamentales, la guerra sucia y las escisiones teledirigidas, la CNT se ha mantenido al pie del cañón, reivindicando la mejora de los derechos de la clase obrera y reivindicando su memoria y la de los antifascistas, denunciando la mascarada de Transición que los franquistas y una parte de la izquierda se empeñaron en meter. La Federación Comarcal de Sindicatos de la CNT contaba en su seno con la presencia de miles de militantes, y de una afiliación de cerca de 800 trabajadores y trabajadoras. Los compañeros y compañeras del exilio volvían a su tierra natal, viendo resurgir al movimiento obrero español por excelencia, el movimiento libertario.
Una vez más la historia da la razón a la CNT. Eso que denunció desde el principio, del continuismo del franquismo en las estructuras actuales, en el olvido a los que lucharon por la libertad, en un sistema inicuo que eliminaba todo tipo de contestación, en una jefatura del Estado descendiente del franquismo, etc., hoy es vox populi. Aun así el pago de los neófitos en la materia es seguir obviando las denuncias del anarcosindicalismo y demonizar a una organización que atesora más de 100 años en la lucha por el derecho de los trabajadores y una sociedad más justa.
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